Déjalo ser, a menos que te hunda.

Deja que permanezca. Deja que sea quien quiera ser. Puedes permitir que nazca, que muera, que respire, que sea. A menos, que cada aire que exhale te esté robando de tu propio oxígeno. A menos, que cada vez que hable te esté haciendo sentir cada vez menos importante. A menos, que cada vez que sea no te deje ser a ti. Déjalo ser, a no ser que eso te haga ser menos.

sábado, 9 de julio de 2011

Quizá sea lo que aún me mantiene..

Y a mi pregunta de; '¿merece la pena?', simplemente asentiste sin dudar y me diste un beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario